En la búsqueda

“Hola, ¡tanto tiempo! ¿En qué andás? Vi que te recibiste, ¿estás laburando?”

“Bien, ¿y vos? No, estoy desempleada”.

“Ah, mirá, tranquila que ya vas a encontrar… Es verdad que con las elecciones hay poco laburo pero relajate porque asdñflaskfñlasdkjfñlasf”.

No sé si soy yo o qué, pero a veces siento que cuando lo digo, el otro no sabe qué responder. Por momentos contestan con un tono de lástima y buscan animarte: “Tranqui, dale un par de meses y va a aparecer algo, no es grave”. Igual, siendo sincera, quien se hace la cabeza soy yo. Al otro no le cambia si yo estoy laburando o no. ¿Por qué me siento rara diciendo que estoy buscando trabajo?

Terminé la facultad. Hice una pasantía (cortita), y ahora estoy buscando algún laburo. Es gracioso que cuando concluyó el 2014, sabía que tenía mi año más o menos “resuelto” hasta febrero, mes en el que terminaba aquella mini experiencia. Después había una nebulosa de posibilidades, opciones -algunas más locas que otras- pero en realidad confiaba que todo iba a salir bien (sigo sintiendo que va a ser así).

Pero creo que nunca frené e imaginé este interludio de búsqueda exhaustiva… quizás tomé por sentado que iba a extender la pasantía o que viajaría de nuevo, pero no. Lo contradictorio es que todo salió bien igual, y sé que esto es exactamente lo que tengo que estar atravesando.

Este tiempo me ayuda para ver, no solo qué carajo quiero hacer de mi vida -al menos en el corto plazo-, sino que también es una pausa para ver quién quiero ser, cómo me imagino viviendo mi día a día. A qué estoy dispuesta y a qué no. Entonces no, no me equivoqué porque esto es lo mejor que me podría haber pasado. ¿Y de qué sirve tener el año ya programado, si le estoy privando la oportunidad de que me sorprenda?

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Simple y real.

Buscar laburo cansa. Completar formularios, mandar mails, excavar contactos y ser caradura una y otra vez, ir a entrevistas grupales eternas, cansa. Y que no contesten, no llamen, más aún; me frustra. “¿Qué tengo que no aparecen? ¿Cómo se supone que vaya a aprender si nadie me quiere dar una chance?”

Todas estas preguntas, y multiplicadas al mil, pasaron por mi cabeza, pero mueren ante el consejo súper simple que me dio una gran amiga: “Vas a encontrar laburo cuando confíes que vas a conseguirlo”. Si sé con certeza que va a ser así, me voy a tomar las cosas de otra manera, y voy a dejar de gastar energía donde no debería. Y las cosas van a desenvolverse por sí solas porque las voy a dejar ser. Es así con tantas cosas…

Durante estas semanas, traté de ver cuáles eran las mejores maneras de aprovechar mi tiempo. Una opción era continuar aprendiendo y hacer cursos: averigüé de algunos que son como posgrados y otros que te envían el material y los hacés desde tu casa. Incluso miré cómo es el tema con Coursera (súper recomendado -tampoco puedo gastar como una loca- pero no tuve la disciplina para sentarme y hacerlo por mi cuenta). También sentí que era una buena oportunidad para desarrollar proyectos propios, porque la imaginación y las ganas no tienen que ser víctimas colaterales de todo esto, sino que al contrario, deben potenciarse. Sé que quedarme quieta me termina afectando más que cualquier otra cosa.

Por momentos me impregnaba la sensación de que estaba buscando mal, y que me postulaba a búsquedas que no me interesaban. Comunicación Social es una carrera tan amplia que uno puede trabajar en tantas cosas: una agencia de publicidad, una empresa, una ONG, un medio… lo que sea. Y como es una realidad que NO SÉ QUÉ QUIERO HACER, me daba miedo detenerme a pensar a ver qué me atrapa realmente.

Me aterraba enfrentarme a respuestas hiper generales, porque sentía que no me iban a llevar a ningún lado. “Me gusta escribir. Me gusta relacionarme con gente”. Clap clap, descubrí América… pero tampoco sirve ser tan duro con uno mismo, y la realidad es que al menos es un comienzo.

“Aprovechá este tiempo para buscar internamente qué querés vos”. Gran consejo. Me llevó un tiempo hasta que pude frenar y enfrentarme a esa pregunta escrita en un bloc de hojas. Tuve que irme de casa, sentarme en un café y dejar que la lapicera escribiera sola. Algunas ideas fueron más generales e idealistas, otras más concretas. Pero me di cuenta de varias cosas. No, no tengo la llave de mi vida ni todas las respuestas (por suerte), pero ahora estoy un poco más segura de cómo seguir buscando. Sé que, aunque siga mandando mi CV a lugares donde va a llenarse de polvo, tengo las cosas un poquito más claras que ayer.

Repito: “Vas a encontrar un trabajo cuando confíes que vas a conseguirlo”. Yo lo sé: más vale que va a ser así. Los mantengo al tanto.

 

3 comentarios en “En la búsqueda

  • Contestar Trinuuuuuuuu 07/05/2015 at 4:58 pm

    Creo que una pasadita por Lisboa podría ayudarte en esta búsqueda!

  • Contestar Anónimo 07/05/2015 at 7:23 pm

    Hola, soy un NEET desde hace 7 años. No sos vos que se siente rara cuando decis que buscas laburo, son los otros que te miran con lástima. Es así. Estas “descarrilada” hasta que empieces a usar tu tiempo para conseguir dinero. Esa es la mentalidad de la gente que te mira así.

    Also, vivis en el siglo 21, tenés una computadora con acceso (legal o no tanto) a casi un 100% de toda la cultura del mundo. Usa eso, sos periodista, tenés un blog, metete a ver que hay en el fondo de la madriguera y escribí sobre eso, no?

  • Contestar Námaste - Postales a Casa | PAC 14/07/2015 at 2:10 pm

    […] meses arranqué a tomar clases de yoga porque necesitaba encontrar una manera de bajar mi ansiedad. No encontraba trabajo y la espera insaciable de esos mails que no llegaban me estaba matando. Ya no me bancaba a mí […]

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