Námaste | Bikram: yoga a 42ºC

Una, dos, cuatro, siete. Y esto recién empieza. Como un film que podría ser de terror, las gotas de transpiración me recorren como una horda de arañitas que pretenden colonizarme. Afuera, ¿quince grados? Acá: cuarenta. Cuarenta  grados que se multiplican porque estoy en un espacio cerrado, con otras ¿treinta? personas que eligen venir a lo mismo, a las arañitas. La temperatura es el factor diferencial ...

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